YHVH, el Hijo del Altísimo 

28.03.2020

Autor: Margaret Barker

Traducción: Jesús Mendoza

Fuente: The Great Angel: A Study of Israel's Second God, Margaret B. Westminter Jon Knox Press, Louisville Kentucky.

Capítulo Uno: EL HIJO DE DIOS

Se ha escrito tanto sobre este tema que parece presuntuoso incluso el intentar decir más. No quiero examinar la evidencia del uso del término en otras religiones, o en el helenístico mundo contemporanéo. Más bien, me gustaría concentrarme en un aspecto que no ha sido explorado en ninguna otra parte, a saber, la distinción entre las diferentes palabras para Dios en el Antiguo Testamento y el efecto que esto debe tener sobre nuestra estimación de lo que significa ser un Hijo de Dios.

Es costumbre enumerar las apariciones de 'hijo de Dios' en el Antiguo Testamento, y concluir de esa lista que el término podría usarse para identificar un ser celestial de algún tipo, o el Rey de Israel, o al pueblo de Israel en su especial relación con Dios. Así lo hace Dunn en su trabajo: Christology in the Making donde trata de lo que 'hijo de Dios' podría haber significado en los círculos helenísticos y luego discute el judaísmo así:

Incluso aquellos cuyos horizontes culturales estaban más limitados a la literatura y tradiciones del judaísmo serían conscientes de que 'hijo de Dios' podría usarse de varias maneras: ángeles o seres celestiales - 'los hijos de Dios' siendo miembros del consejo celestial bajo YHVH, el Dios supremo (Gén. 6.2, 4; Deut. 32,8; Job 1.6-12; 2.1-6; 38.7; Sal. 29,1; 89,6; Dan. 3.25); regularmente a Israel o a los israelitas - 'Israel es mi hijo primogénito' (Ex. 4.22; Jer. 31.9; Os. 11.1; ver también por ej. Deut. 14.1; Isa. 43.6; Ose. 1.10); y el rey, siendo así llamado solo un puñado de veces en el AT - II Sam. 7.14 (tomado en I Crónicas 17,13; 22,10; 28,6) Sal. 2.7 y 89.26f.

Sin embargo, este tratamiento integral no distingue entre las dos palabras diferentes para Dios y por lo tanto ignora un aspecto de crucial distinción. Están los llamados hijos de El Elyon, hijos de El o Elohim, todos estos siendo seres claramente celestiales, y están los llamados hijos de YHVH o hijos del Santo que son humanos. Esta distinción es importante por al menos dos razones; YHVH fue uno de los hijos de El Elyon; y Jesús en los Evangelios fue descrito como un Hijo de El Elyon, el Dios Altísimo. En otras palabras, fue descrito como un ser celestial. Por lo tanto, la narración de la anunciación tiene el término 'Hijo del Altísimo' (Lucas 1.32) y el endemoniado reconoció a su Exorcista como 'Hijo del Dios Altísimo' (Marcos 5.7). Jesús no es llamado el hijo de YHVH ni el hijo del Señor, sino que se le llama Señor. También sabemos que cualquiera que escribiera el Nuevo Testamento tradujo el nombre YHVH por Kyrios, que significa: Señor. (Véase, por ejemplo, la cita de Deuteronomio 6,5: 'Tú amarás a YHVH tu Dios ...' que se traduce en Lucas 10.27 'Tú amarás al Señor [Kyrios] tu Dios.') Esto sugiere que los escritores del Evangelio, al usar los términos 'Señor' e 'Hijo del Dios Altísimo', vieron a Jesús como una figura angelical, y le dieron su versión del nombre sagrado YHVH.

Los hijos celestiales de Dios aparecen en el Antiguo Testamento en varios lugares, a menudo por su nombre, pero a veces también por implicación. Su primera aparición está en Génesis 6.2-4, donde son los hijos de los 'elohim. Este es el relato de los hijos de Dios que cayeron del cielo y se convirtieron en los padres de los gigantes. En general se acepta que la cuenta en Génesis es un fragmento de la supervivencia de un mito temprano. Una versión más larga del cuento aparece en Primera de Enoc, y esto puede ser una expansión del fragmento bíblico, o puede ser la forma más completa de la historia de la que se tomó el relato del Génesis. Cualquier explicación se adopta, Primera de Enoc muestra cómo se entendía la historia en el período del Segundo Templo cuando la literatura de Enoc estaba siendo preservada y desarrollada. Los hijos de Dios trajeron sabiduría, y/o conocimiento divino de los secretos de la creación, pero porque ésta última fue traída a la tierra en rebelión contra el Dios Altísimo, la corrompieron. Primera de Enoc enumera los nombres de estas figuras de ángeles en dos lugares (1 Enoc 6.7; 59.2). La mayoría de los nombres terminan en EL, lo que significa dios: KokabiEl, estrella de Dios, TamiEl, perfección de Dios, BarakiEl, el relámpago de Dios y así sucesivamente. ¿Fueron estos ángeles, entonces, considerados como aspectos de Dios, manifestaciones de Dios, en lugar de como seres separados en divinidades? Note que no tienen nombres compuestos con YHVH excepto en el Apocalipsis de Abraham donde hay una gran ángel llamado YahveEl.

El segundo texto de los hijos de Dios es Deuteronomio 32.8, del que mucho se ha escrito:

Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando separó a los hijos de los hombres, fijó los límites de los pueblos conforme al número de los hijos de Dios.

El problema radica en la diferencia entre el hebreo y la versión griega. El TM no menciona hijos de Dios, y en cambio dice hijos de Israel. El hebreo de Qumrán tiene hijos de Dios (hijos de EL) y el griego tiene ángeles de Dios. Este texto muestra dos cosas: que había alguna razón para cambiar hijos de Dios a hijos de Israel, o viceversa (La lectura de Qumrán sugiere que el hebreo anterior había leído 'hijos de Dios'); y que los hijos de Dios eran las deidades patronas de varias naciones. Elyon, el Dios Altísimo, había asignado las naciones a varios hijos de Dios; uno de estos hijos era YHVH a quien Israel había sido asignado (Deut. 32.9). Este fósil incorporado en Deuteronomio se cree, es uno de sus componentes más antiguos; ¿cómo tal pieza 'politeísta' llegó a ser incluida en Deuteronomio, con su énfasis en el monoteísmo? es una pregunta que no podemos responder, aunque es posible adivinar por qué el 'politeísmo' fue eliminado del texto hebreo posterior, como veremos. Los ángeles de las naciones son probablemente lo mismo que los 'mensajeros' (es la misma palabra en hebreo) de las naciones que aparecen en Isa. 14.32 y a quienes se les advierte que el pueblo de YHVH está protegido por Sión, la que él ha fundado. Los ángeles de las naciones aparecen en una forma posterior en Daniel, donde son los príncipes de Persia y Grecia, atacando al ángel sin nombre que lucha por Israel con la ayuda del arcángel Miguel (Dan. 10.13-14).

El tercer conjunto de textos de hijos de Dios está en Job. El prólogo describe cómo los hijos de Dios (hijos de los 'elohim), uno de los cuales era Satanás, vinieron a YHVH y éste último lo desafió a probar la lealtad de Job. Las interpretaciones usuales en inglés de Job 1.6 implican que YHVH era superior a los hijos de Dios: 'los hijos de Dios vinieron a presentarse ante YHVH'. Esto no es necesariamente lo que implica el hebreo ya que el mismo verbo se usa en Sal. 2.2, y allí significa 'ponerse en contra de YHVH'. Así, el prólogo de Job describe un cielo donde YHVH está como uno entre muchos dioses y es desafiado a probar la lealtad de su sirviente. Este es un mundo de rivalidades celestiales, donde el sufrimiento es visto como una prueba de lealtad al propio Dios, no como un castigo por las malas acciones. Es casi un politeísmo pre-moral, y YHVH, uno de los hijos de Dios, es parte de este mundo. Los hijos de Dios (hijos de 'elohim) también aparecen en Job 38.7. donde YHVH le pregunta a Job: '¿Dónde estabas cuando yo ponía la fundación de la tierra? (...) cuando las estrellas de la mañana cantaban juntas, y todos los hijos de Dios gritaron de alegría?'

YHVH es el creador y los hijos de Dios están allí también, muy de cerca vinculados a las Estrellas de la Mañana. Es interesante que no se mencione a los hijos de Dios en el relato de la creación en Génesis, pero Jubileos tiene una versión más larga que describe la creación de los ángeles: 'Porque el primer día creó los cielos que están arriba y la tierra y las aguas y todos los espíritus que sirven delante de él... los ángeles de la presencia, y los ángeles de la santificación... Y en el segundo día que el firmamento' (Jub. 2.1-4). La pregunta que no tiene respuesta es: ¿Cómo es que Jubileos y Job tienen un relato de la creación que incluye a los ángeles, que Génesis no menciona, aunque éste ultimo sí tiene una figura de serpiente malvada de cuyo origen nunca nos dijo nada? Las tradiciones posteriores sabían que un elaborado mundo celestial había sido creado antes que el mundo material y este cielo fue totalmente integrado con la tierra.

El salterio da varios atisbos de los hijos de los dioses (hijos de Elim). Aparecen en el Sal. 29.1, donde se les dice que reconozcan la gloria y la fuerza de YHVH el creador, que es entronizado como rey. El escenario de este salmo es probablemente el mismo que el del Sal. 58, 82 y 89 que representa al consejo divino. El Salmo 58 describe a los elim que han actuado injustamente y serán juzgados por ello. No menciona a los hijos de Dios, pero su tema es idéntico al del Sal. 82 que describe el juicio sobre los hijos del Altísimo (hijos de Elyon). El versículo inicial ilustra bien el problema de los nombres que es evidente a lo largo de esta investigación: 'Elohim ha tomado su lugar en el consejo de EL, en medio de los Elohim da juicio' (Sal. 82.1) y luego: 'Vosotros sois Elohim, hijos de Elyon todos ustedes...' (Sal. 82.6) Los hijos de Elim también aparecen en el Sal. 89.6: ninguno entre los hijos de Elim es como YHVH, que es Dios temido en el consejo de los Santos.

Entonces debemos incluir a Dan. 3.25, donde uno como un hijo de los dioses (un hijo de elahin) aparece como la cuarta figura en el horno de fuego; y tiene forma humana. En 2 Esd. 13.22-6 el libertador de Israel es aquel a quien el Altísimo ha tenido escondido, a su Hijo, para que sea revelado como el Hombre que viene del Mar; aquí el hijo de Elyon tiene forma humana, pero una comparación con 2 Esd. 2.42-8 muestra que este hombre es una figura angelical, el Hijo de Dios que corona a los mártires en el cielo. Finalmente, está el fragmento de Qumrán conocido como 4QHijodeDios: 'Él será aclamado como hijo de El y lo llamarán hijo de Elyon.' No es conocido de quién se dijo esto, pero si que reinaría en la tierra y sería conquistador. El escenario es apocalíptico, con cometas en el cielo y el triunfo del pueblo de Dios. La figura no se nombra, pero es reconocible.

Estos fueron los hijos del Dios Altísimo, figuras de ángeles que fueron manifestadas en forma humana. En el lenguaje codificado de los apocalipsis fueron descritos como 'hombres' o como varones o incluso como hijos de hombre; de este modo Daniel vio 'al hombre Gabriel' (Daniel 9.21) y Juan vio al ángel midiendo la ciudad celestial 'con medida de hombre, es decir, de ángel' (Apoc. 21.17). En contraste, los humanos siempre fueron descritos como animales. Los hijos de YHVH, en cambio, nunca son llamados así por nombre; siempre es por implicación: 'Tú eres mi hijo', dice YHVH. El rey fue el primero en ser llamado hijo de YHVH. ¿Cómo fue esto entendido? no lo sabemos, pero está más allá de la evidencia decir que Israel no entendía el término de la misma manera que otras naciones antiguas que creían que sus reyes eran seres divinos. Sólo tenemos los textos del Antiguo Testamento como evidencia, y estos sugieren abrumadoramente que YHVH estaba 'presente' en el llamado de su hijo. El Salmo 2 muestra que el rey podía entregar las palabras de YHVH:

Contaré el decreto de YHVH: Él me dijo: 'Tú eres mi hijo, hoy te he engendrado'. (Sal 2.7) 

También están las últimas palabras de David:

El espíritu de YHVH habla por mí, su palabra está en mi lengua. (2 Samuel 23.2)

No sabemos cuándo se pensó que el rey se había vuelto un ser divino; es generalmente asumido que este es un salmo de coronación, pero no hay prueba. El rey ha sido puesto sobre el monte santo de Sión (Sal 2.6) y él ha recibido un oráculo (Sal 2.7); esto es todo lo que nos dicen. El Salmo 110 es similar; y el griego en el verso 3 dice 'Yo te he engendrado', lo que implica una filiación divina, en lugar de la forma habitual 'tu juventud'. En hebreo las consonantes se pueden leer de cualquier manera; es interesante que el griego las lee como de la realeza divina, y el hebreo como lo tenemos hoy tiene señalado que significaban otra cosa. Nunca sabremos cuál es el original, pero en vista del cambio similar lejos de 'hijos de Dios' en el texto Masorético de Deut. 32.8, el griego parece más probable que haya mantenido el significado original. Isaías 9.6-7 pertenece a este asunto aunque todavía se debate qué significa exactamente el oráculo. El niño nació 'para nosotros' y fue llamado 'Maravilloso Consejero, Poderoso Dios, Padre Eterno, Príncipe de Paz'. Tal vez estos fueron nombres de nacimiento dados en el parto físico, o tal vez eran nombres de entronización, dado en la ceremonia de creación de reyes. Tal vez, como se ha sugerido, estos nombres fueron dados por las huestes celestiales que se regocijaban en el nacimiento de sus hijos. El griego de este texto no tiene cuatro títulos sino uno, El Ángel del Gran Consejo, y este ángel iba a ser el soberano de Israel. El otro oráculo de Isaías de un nacimiento real (Isaías 7.14-17) sugiere que el niño era un signo de la presencia de Dios desde su nacimiento. De qué otra forma hemos de entender '... dar a luz un hijo y llamar su nombre Emanuel, Dios con nosotros'. El Salmo 89 es otro salmo real que compara el poder de YHVH en la asamblea celestial al poder de su rey en la tierra. Así como YHVH es reconocido por los seres celestiales como supremo, así su hijo será reconocido como supremo en la tierra. el rey clamará a YHVH 'Tú eres mi Padre' (Sal 89.26) y él será puesto por primogénito, el más alto de los reyes de la tierra. Esta filiación real es una declaración de poder; el rey es el agente de YHVH, su representante y por lo tanto el canal de su poder.

Los otros textos que describen la filiación real están todos relacionados con la tradición del pacto davídico. La formulación deuteronómica de ello en 2 Samuel 14 ha eclipsado todas las demás ideas del pacto real, y bien pueden haber distorsionado nuestra imagen de ella. El rey es descrito como un hijo de YHVH: 'Yo seré su padre y él será mi hijo'. Tal expresión excluye completamente cualquier significado literal de las palabras. Los herederos del rey serán hijos de YHVH. El Cronista es igualmente claro: 'Salomón tu hijo es quien edificará mi casa y mis tribunales, porque lo he escogido para ser mi hijo, y yo seré su padre' (1 cron. 28.6). Lo que no podemos saber es con qué precisión el relato Deuteronómico y las representaciones posteriores al exilio de la idea de la realeza reflejan una creencia real durante la época de la monarquía. Ellas muestran lo que fue creído en retrospectiva por aquellos que produjeron estos escritos, pero esto no era necesariamente el único punto de vista en el período del Segundo Templo y por lo tanto en el período de los orígenes del cristianismo.

Israel como pueblo también fue descrito como el hijo de Dios. Ellos iban a ser restaurados como los 'Hijos del Dios viviente' (Oseas 1:10), y habían sido llamados de Egipto como hijo del Santo (Oseas 11.1,9). Todas las demás referencias provienen de escritos compilados durante el exilio, y reflejan la democratización del pacto real. Lo que antes había sido lo que se creía de los reyes, se interpretó entonces como aplicable a todo el pueblo. Así, Israel, en lugar del rey, era el hijo primogénito (Éx. 4.22). YHVH fue el padre de Israel, y Efraín fue su primogénito (Jeremías 31.9). La familia de YHVH el Santo, hijos e hijas, serían reunidos (Isa. 43.6), y los hijos de YHVH serían distinguidos de entre todas las demás personas por su observancia de las leyes rituales: no podían desfigurarse ni comer alimentos inmundos. (Deut. 14.1 y 3ff). Algunos invocaban a YHVH como su Padre y Redentor incluso cuando el resto de Israel no los reconocía (Isa. 63.16). La imaginería familiar continuó en la literatura posterior. 'Salomón' gobernó los hijos y las hijas de su Dios (Sabiduría 9.7), y advirtió a sus contemporáneos egipcios que Israel había sido reconocido como Hijo de Dios en los primeros encuentros con Faraón (Sab. 18.13). El patrón se desarrolló aún más para describir el triunfo final del Hombre Justo frente a sus enemigos. El Niño/Siervo del Señor tenía conocimiento de Dios y vivía una vida recta. Fue perseguido por los que se burlaban de su pretensión de ser hijo de Dios (Sab. 2.12-20). Y más tarde sus enemigos se asombraron al descubrir que, de hecho, había sido 'contado entre los hijos de Dios' (Sab 5.5).

Estos pasajes se basan en los poemas del Siervo de Isaías, especialmente (Isa. 52-3) y el sufrimiento del Siervo de YHVH, que ha sido usado para explicar los sufrimientos del Justo. Este último texto asocia el triunfo del perseguido con su reconocimiento como hijo de Dios, aumentando así la posibilidad de que los poemas originalmente describían a los reyes davídicos en su relación con YHVH. los Salmos de Salomón compararon el sufrimiento de los justos con el disciplinamiento de un hijo primogénito (Sal. Salomón 13.8; 18.4), y el esperado Rey Davídico reinaría sobre los hijos de Dios (Sal. Salomón 17.30). Jesús Ben Sira (Sirácida) ofrece tres ejemplos muy diferentes del uso: En Sir. 4.10 se exhorta al Justo a ser como un hijo de Elyon, el Altísimo; en Sir. 23.1 éste ora al Señor, Padre y Gobernante de su vida; y en Sir. 51.10 ora al Señor, el padre de su Señor, usando Kyrios en las dos ocasiones. Los 'dos Señores' aquí demostrarán ser una pieza muy importante de evidencia.

Todos los textos de la Biblia hebrea distinguen claramente entre los hijos divinos de Elohim/Elyon y aquellos seres humanos que son llamados hijos de YHVH. Esto debe ser significativo. Debe explicar que los términos se originaron en una época en que YHVH se distinguía de cualquiera dentro del significado para El/Elohim/Elyon. Un gran número de textos continuaron distinguiendo entre El Elyon y YHVH, Padre e Hijo, y expresaron esta distinción de manera similar con el simbolismo del templo y el culto real. Al rastrear estos patrones a través de una gran variedad de material y durante varios siglos, el Segundo Dios de Israel se puede recuperar.


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